¿Qué es?

Helicobacter pylori (H. pylori) es una bacteria anaeróbica gramnegativa que coloniza el estómago humano. Es la infección bacteriana crónica más prevalente, presente en al menos el 40% de la población.


¿Cómo se transmite?

La vía de adquisición de la bacteria sigue siendo desconocida. La transmisión a través de una exposición fecal/oral u oral/oral parece ser la más probable. El riesgo de adquirir la infección por H. pylori se relaciona con el estatus socioeconómico y las condiciones de vida en la infancia, siendo más frecuente en países en vías de desarrollo.


¿Qué síntomas produce?

La infección por esta bacteria produce una gastritis crónica activa. En la mayoría de las personas, la infección se mantiene clínicamente asintomática, pero en una minoría importante provoca enfermedades gastroduodenales, úlcera péptica, gastritis crónica, adenocarcinoma gástrico y linfoma de tejido linfoide asociado a la mucosa gástrica (MALT). También aumenta el riesgo de úlcera y hemorragia gastroduodenal en pacientes que reciben antiinflamatorios no esteroideos (AINE) como aspirina o ibuprofeno, y es responsable de los síntomas en un subgrupo de pacientes que presentan dispepsia funcional.



Diagnóstico

La elección de la prueba diagnóstica depende en gran medida del contexto clínico, la disponibilidad, la experiencia y el costo. Existen métodos de diagnóstico invasivos y no invasivos.

Invasivos: Precisan de la realización de una endoscopia y toma de muestras.

  • Endoscopia con biopsia
  • Prueba de ureasa
  • Cultivo
  • Histología

No invasivos:

  • Prueba de aliento con urea marcada
  • Prueba de antígenos en heces

Para reducir los falsos negativos, no se debe tomar antibióticos ni compuestos de bismuto durante al menos un mes antes de la prueba, y debe evitarse el uso de inhibidores de la bomba de protones (IBP) durante al menos una, preferiblemente dos semanas.


Tratamiento

Se debe optar por un tratamiento que se adapte mejor a las características del paciente y que ofrezca la mayor probabilidad de erradicación de la infección.

Hay que tener en cuenta las tasas de resistencias a antibióticos de la zona y las alergias del paciente.

Las guías clínicas establecen una pauta de triple o cuádruple terapia consistente en antibioterapia e inhibidores de la bomba de protones durante 10-14 días.

Se debe confirmar la erradicación en todos los pacientes tratados, preferiblemente con una prueba no invasiva, realizada cuatro semanas o más después de completar la terapia con antibióticos.


Debido a la disminución de la tasa de erradicación de las terapias convencionales, algunos estudios han comenzado a centrarse en el papel de los probióticos en la erradicación de H. pylori. 

Los probióticos pueden ayudar a mejorar el efecto barrera, algunos pueden secretar sustancias antimicrobianas, como ácido láctico, ácidos grasos de cadena corta (AGCC), peróxido de hidrógeno y bacteriocinas.

En una serie de estudios in vitro e in vivo, se ha demostrado que L. reuteri DSM 17648 se une específicamente a H. pylori en la cavidad gástrica para formar copolímeros que interfieren con la adhesión de H. pylori a la mucosa gástrica y facilitan su eliminación, reduciendo así la carga de H. pylori en el estómago.

A pesar de que algunos estudios han mostrado tasas aceptables de erradicación con tratamientos de larga duración (8 semanas) con probióticos, se prefiere el enfoque de tratamiento combinado, con el que hay una mejoría en las tasas de erradicación y una reducción significativa de los efectos secundarios  debido a los antibióticos. Este tratamiento combinado permite una mejor tolerancia y adhesión a la terapia.


En cuanto al enfoque dietético es conveniente seguir una dieta de protección gástrica con el fin de restaurar las funciones digestivas y disminuir la irritación e inflamación de la mucosa. Es recomendable evitar el consumo de alcohol, sustancias picantes, bebidas excitantes o con gas, alimentos grasos y cítricos.